viernes, 2 de septiembre de 2011

Pautas para pilotos y buzos.

(Imagine a su alrededor el vacío negro, gélido, sordo)






(Imagine estar rodeado de esa infinitud)



(Parálisis total, músculos tensos, sed de aire en sus pulmones, controla el respirar, lento, a medio gas. Bajo ningún concepto quiere que lo descubran. Alguien ahí fuera le observa desde la nada)




(Arriba, Los segundos sonarán en las sienes uno tras otro, disolviéndose, sin rumbo, la burbuja que va creciendo en su interior se subsanará a cambio con una nueva arruga, o una gota fría)



(Sus ojos se abren, nunca antes fueron tanto ni con tanto ímpetu; cejas levantadas, lo intenta, no parpadea, duele; pero todo lo que cabe en su campo visual es absolutamente vacío, convexo, nada)


No recuerda el minuto previo a esto; o más bien no quiere hacerlo porque en este nuevo espacio por resolver toda experiencia anterior no valdrá nada.

Cree que tiene piernas, porque no siente dolor por amputación. Ocurre lo mismo con el resto de sus extremidades: ¿Usarlas o no? Tal vez bajo su ¿cuerpo? Sea lo que sea que le sujeta y le mantiene ¿vivo? Solo se da en ese pequeño ¿metro cuadrado? Donde habita su… ¿conciencia?

¿Caminar sin luz? ¿Caminar y en consecuencia caer en un agujero negro (sí, más todavía) para desvanecerse eternamente? ¿Esperar y afincarse a su metro cuadrado de seguridad para siempre, y vivir, rodeado de oscuridad?

Dirige lo que queda de usted hacia arriba, coge impulso, se decide a saltar…ya no hay marcha atrás…

 Vuela      ¡Tiene alas!

Se encuentra exhausto, como si un ejército de hormigas eléctricas recorriera su cuerpo de punta a punta, la esperanza le trae coordenadas nuevas.

Incandescencia al final del pasillo improvisado.


Nunca antes había estado en una nube renegrida de tormenta como esa.

Jamás la olvidará.

Es usted un ángel, es usted humano.

Todo lo demás era miedo.













No hay comentarios:

Publicar un comentario