Entonces todo es raro, tu plan lineal se escabulle, el destino te sacude, y vuelve a poner las piezas del puzzle lejos las unas de las otras. Unas caen y se funden bajo la cuarta dimensión del sofá, otras se quiebran en mil fragmentos, y se descubren muchas que jamás creíste encima de tu tablero.
Al nuevo despertar no sabrías que fueses a comenzar otra partida, otro juego de instrucciones perdidas en alguna parte de la ciudad; más forastera para ti que para mí.
Complicado el enfoque, más aún ver el cambio.
Lo nuevo, mirada enrojecida, oscuridad, interruptores aún por palpar,… a partir de ahora las luces se crearán, lentas, con mi mechero de alcohol.
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