lunes, 24 de enero de 2011

Autocanivalismo

Somos máquinas de sentimientos.

Estos saltan nuestras barreras físicas a través de una frase con énfasis, una mirada de odio, una caricia en tu pelo, o cuando el corazón late tan rápido que es audible al otro lado de la cama.
Por supuesto que no todos los fabricamos de la misma manera, al igual que todos tenemos nuestra forma de procesar los que nos llegan del exterior.

A veces nos sentimos como "muertos" porque durante épocas relativamente largas nada nos motiva lo suficiente como para poner nuestros mecanismos a tope, o simplemente no presentamos heterogeneidad, somos aburridos, predecibles.

Otras sin más nos activan como locomotoras deseosas de viajar por caminos trepidantes y deliciosos.

Nos activamos cuando menos lo deseamos. Llegas a tal punto de activación que no puedes pararlo.
Tu parte racional está ahí como una loca gritándote, intentando detenerte, poniéndote freno, advirtiéndote de los anteriores choques en viajes pasados...; pero tu fábrica está tan a tope que es ciega y sorda, no atiende a razones.

Tu y yo juntos, dos bombas atómicas. Explosivas, impredecibles, vitales, calientes, tu mirada, tu boca, mi cadera, tu oreja, mi frente, tu pelo, mi lengua.

Para ti, la vida durante un segundo y yo muerta para la eternidad.

viernes, 21 de enero de 2011

Pause



Estás otra vez en tu burbuja que te permite detener el tiempo desde el interior.
Una capa de barniz que te pones a veces y te aisla de todo lo de fuera.
Te impide sentir como lo sueles hacer.
Te ayuda a medir tus palabras.
Te parece poco transcendental lo que ocurre a tu alrededor, y te centras en ti..
Te ayuda a quitarte de encima todo lo secundario, lo terciario y lo que nunca debiste permitir que se te colocara encima.
Te sientas, en silencio, mientras los demás te miran, te hablan, no sientes lo mismo, sus palabras no influyen de la misma forma en ti, pero ellos no lo entienden.
 Caes en la cuenta de lo manipulable que eres normalmente, cuando estás en continuo intercambio con el exterior. Dudas de si contigo mismo basta para vivir o necesitas a los demás  para seguir malos consejos, que al final terminarás llevando a cabo, solo por miedo.

Ruido.

Nadie te conoce realmente, pero tu tampoco te abres.
La vida te volvió extrovertido, pero sabes que es todo una gran mentira.

Aprendes, desaprendes. Absorbes, eliminas. Hoy estás seguro, mañana vuelves a perder tu rumbo.
Te prometes que serás racional, pero terminas actuando por prejuicios e impulsos.

Caes, te levantas. Te endureces, y a veces aparece un día raro, como hoy, inverosímil, ni bueno ni malo.
Hay algo diferente en tu forma de ver las cosas. Sientes suplantada tu personalidad por unas horas, y no lo achacas a ningún motivo.
Esta noche hay luna llena y es la única explicación convincente que le encuentras a todo esto.




lunes, 17 de enero de 2011

Half an hour

Hoy amanecí con una tormenta en la cabeza.
En mi modo más inseguro alusiones de ti aparecieron en mi mente.
Mientras me hacía la trenza frente al espejo me miraba fijamente a los ojos y mi parte racional dio señales de vida:
-Otra vez has caido, otra vez le perteneces a alguien, has vuelto a cometer el mismo error. Soluciónalo.-

Lo usé como excusa para justificar mi falta de motivación para echarme algo de maquillaje sobre estas putas ojeras, ya inherentes a mi personalidad.
Además de no estar de humor, tenía el tiempo justo para salir pitando a clase.

En silencio, pero con mi interminable diálogo interior, sin frío, sin tener que abrir el paraguas. Algo bueno al salir del portal, gracias.

Mis ganas de llorar se transformaron en ganas de matar a alguien.

-Al menos es hoy, solo hoy, que es lunes. No puedes esperar nada bueno de los lunes. Un nudo en la garganta hoy, por unas horas, lo borras y vacías la papelera de reciclaje. Es así, definitivo, fácil, irreversible.-

La esperanza se rebeló y decidió abortar el plan.


domingo, 16 de enero de 2011

Things about you

Llueve.
El vacío entre estas paredes hace que la lluvia se crezca con su eco.
Allí, donde están todos los demás el agua no se siente igual,
sus almas absorben la soberbia de la lluvia.

Y allí ya no puede caber nada más.
Tampoco hay sitio para mí.

Serenas,indiferentes.. las dos lo sabemos.
Ella no se siente en esta casa como en ninguna otra.

Y de regalo las campanadas de las 21.00